Marcelo Torres Cruz habla de su carrera deportiva como atleta colombiano
Fue parte del equipo Lotería de Cundinamarca – Emulsión de Scott entre 1993 y 1994, una época de disciplina rigurosa, entrenamientos exigentes y sueños compartidos con otros atletas que dejaban el alma en cada competencia. En ese escenario, Marcelo aprendió que el deporte es más que competencia: es una escuela de vida, una forma de resistencia y una fuente de dignidad.
“Ser atleta me enseñó a no rendirme, a saber perder con humildad y ganar con respeto. Aprendí que cada paso cuenta, en la pista y en la vida”, afirma Marcelo, quien hoy lleva ese mismo espíritu a sus procesos educativos y comunitarios.
Su paso por el atletismo es una parte fundamental de la historia de un hombre que ha sabido correr, no solo por medallas, sino por causas que transforman vidas.
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